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Poner Fin al paganismo y a la idolatría | No al ekeko Hace 11 años (22/01/2010 01:38:27) |  |
Las miniaturas le restan fieles al Ekeko y a la patrona de La Paz
La venta de ekekos disminuye; desde hace varios años, la Iglesia Católica ya no celebra una procesión por Nuestra Señora de La Paz y la ciudadanía prefiere comprar los pequeños artículos con la idea de hacer realidad sus sueños.
(Foto: CHA’LLA PARA REALIZAR LOS DESEOS • Un camión de hojalata y madera recibe un sahumerio; con este rito, los creyentes abren sus vida a la prosperidad y la buena fortuna.)
Los personajes más importantes de la feria de Alasita han sido el Ekeko y la Virgen de Nuestra Señora de La Paz. Sin embargo, en los últimos años, estas figuras han pasado a un segundo plano y han resultado destronadas por las miniaturas.
Al menos, ése es el criterio de tres investigadores de la historia paceña; el sociólogo David Mendoza, el historiador Fernando Cajías y el comunicador y antropólogo Milton Eyzaguirre.
Los primeros datos sobre los inicios de esta fiesta son recopilados por el escritor Antonio Díaz Villamil, quien cuenta la historia del Ekeko en su libro Leyendas de mi tierra.
En el texto se conoce que el diosecillo corresponde a una figura prehispánica identificada como el dios de la fortuna y la fertilidad. Además, la Alasita, como una feria de intercambio y venta de miniaturas, nació luego del cerco indígena a La Paz, en 1781.
El defensor de la urbe, Sebastián Segurola, sació el hambre de los sobrevivientes cuando concluyó el encierro.
“Es en ese tiempo que se instaura la fecha del 24 de enero como la fiesta de la Virgen de Nuestra Señora de La Paz y ésta queda unida a la del Ekeko. Segurola fijó la fecha como agradecimiento a la protectora de la ciudad”, resumió Eyzaguirre.
Laruta añade que durante el cerco nace la palabra Alasita, que proviene de la combinación de los vocablos aymaras Alaña (comprar) con chalasita (intercambio), el sistema económico de la época.
Cajías añade que la fiesta siempre fue una simbiosis andino-religiosa, aunque durante el siglo XIX poco se mencionaba al Ekeko y los actos dedicados a la Virgen eran los más importantes.
La Razón |
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