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El ‘impasable’ Troncone | Ricardo Troncone Hace 8 años (02/08/2011 00:35:10) |  |
Bolívar, el súper campeón de los 70
LA HUELLA
El ‘impasable’ Troncone
Gran defensor central, parte de un plantel histórico del club Bolívar
(Foto del Plantel: Arturo Galarza, Troncone, Gallo, Lima, Aráoz, Baldiviezo, Morales, Borja, Reynaldo, Aragonés y Lugo)
Resaltaba en la cancha por su elevada estatura y por su calidad de juego, un verdadero caudillo que brilló en Bolívar de La Paz en los últimos años de la década del 70, luego de haber jugado en varios equipos de su país, Argentina, Ricardo Troncone dejó una huella imborrable en el fútbol boliviano.
Troncone se inició en las inferiores de River Plate para luego pasar a Platense donde estuvo por varios años hasta llegar a la primera. En 1972 formó parte de la selección B argentina con la que realizó una gira por Europa.
Tras ese periplo por el Viejo Continente fue adquirido por Rácing y luego pasó a Argentinos Juniors y en el 75 jugó en Newells Old Boys de Rosario.
Tras una breve negociación con Mario Mercado se vino a Bolivia, país al que conocía ya que en 1973 jugó, formando parte de Racing de Avellaneda contra la selección boliviana que se preparaba para las eliminatorias del mundial de 1974.
Formó parte de la academia paceña durante cuatro años, desde 1976 hasta 1980, al lado de grandes jugadores como Carlos Conrado Jiménez, Arturo Galarza, Solórzano, Lird, Lugo, Ovidio Mesa, Aragonés, Calichín Morales, Pacho Góngora, Luis Gregorio Gallo, Jesús Reynaldo, Tamayá Jiménez, Aguilar, Alcides Sosa, Rimazza, Jimmy Lima, Ramiro Vargas y Carlos Borja.
Eran los tiempos en que el estadio Hernando Siles se hallaba en reconstrucción para los Juegos Bolivianos de 1977 y tenían que jugar en el estadio de Tembladerani y en la cancha de Mariscal Santa Cruz. Tras que llegó fue campeón invicto con Bolívar del torneo paceño y luego campeón de la recientemente creada Liga Profesional.
Troncone recuerda que era parte de una muralla defensiva al lado de Gallo por la derecha, Baldiviezo por la izquierda y Pepe Solórzano por delante.
Ricardo cuenta que le gustaba tratar bien a la pelota y la marca fuerte, pero sin ninguna mala intención; iba bien por arriba y por abajo y casi siempre era el encargado de patear los penales en el club celeste.
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Desde Argentina, este caballero del deporte, manda un saludo a todos los que lo recuerdan.
El Deber |
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